Paralelamente al nacimiento de la pintura impresionista y bajo la influencia de Coubert, en la segunda mitad del SXIX, surgió por toda Europa una serie de artistas que supieron incorporar a su lenguaje académico las innovaciones del realismo, con unos valores en la destreza del dibujo y el dominio de la técica. Estos realistas, tuvieron que luchar contra ellos mismos para vencer convenciones academicistas, y beber en la "fiel observación de la Naturaleza". Muchos demostraron un destacado talento con una visión casi fotográfica de la realidad, un realismo bien asimilado para la burguesía compradora. Todo ello dará lugar a un abanico de "realismos" (histórico, anecdótico, místico, intelectual..) Artistas en los márgenes de la modernidad, que algo olvidados han sido víctimas de la reduccionista idea de dividir la historia en "buenos" impresionistas y en "malos" académicos.
"Es una escucha verdadera y fecunda, si es un corazón que escucha, no con la oreja; debe llevarnos a abrir el corazón a Aquel que, a través de la Palabra nos quiere hablar.
Fueron los monjes quienes regularon la Lectio Divina: dieron a la Palabra y lectura de la Biblia una centralidad total.
Son varios los elementos que se consolidaron como sabiduría madura a través de unas exigencias: leer-meditar-responder a la oración--gustar-contemplar-practicar-celebrar-evangelizar.
Toda una riqueza de modos,grados o exigencias que más tarde los cartujos reafirmaron: Lectio-Meditatio- Oratio-Contemplatio.
La nueva experiencia tras el Concilio Vaticano II es un recurso que se expande a todos los cristianos, dando importancia naturalmente a
- la invocación previa al Espíritu Santo,
-a compartir el fruto de la Palabra,
- a discernir el impacto de la Palabra sobre la Historia,
- conservar en el corazón lo que la Palabra te ha sugerido..
-..y luego lógicamente a las acciones, al testimonio...
-Responde P. Bruno Secondin-Docente de Teología Espiritual en la Universidad Gregoriana de Roma.
No existe una sola manera de rezar, pues la oración hunde sus raíces en lo más profundo de la persona- Benedicto XVI,11 de mayo 2011
Cuando el hombre no tiene esperanza, piensa que Dios está lejano, ausente, que es imposible una relación cercana con Él...de que cualquier esfuerzo para lograr sus objetivos son inútiles...
Son muchos los momentos del día en que hemos de enfrentarnos a las dificultades, al esfuerzo y sacrificio, al dolor...Pero el alma vencida por la fatiga, no progresa en la vida de Espíritu sin la oración- Ahí está el error.
Hay que sobreponerse a los pesares y dificultades con espíritu positivo, con generosidad y llevándolo todo a la oración...Se trata de poner en orden el amor...
SEÑOR ACUERDATE DE MI, DAME LA FUERZA,
TU ERES MI ROCA; MI BALUARTE.
HAZME PiADOSO, SENSIBLE, CARITATIVO, FUERTE, ATENTO, CORTÉS, JUSTO..
DAME EL DON DE LA ORACIÓN, LA HUMILDAD Y SENCILLEZ, LA ALEGRÍA EN EL AMOR AL PRÓJIMO...Y LA SABIDURÍA PARA EDUCAR...